Situado en Mora, Alentejo, esta infraestructura se ha convertido en uno de los mayores atractivos de la zona. Y uno de los pocos en su género en el mundo.
La creación del Fluviário de Mora fue un sueño hecho realidad. Una idea que tenía como principales objetivos la promoción de esta ciudad Alentejana como atracción turística y la investigación científica de la vida en los ríos. Se trata de una estructura innovadora, ya que recrea el universo acuático existente en la península ibérica. Mostrar al público el curso de varias especies nativas de un río desde su nacimiento hasta su desembocadura. Imagínese varios acuarios que cuentan la historia de un renacuajo hasta la edad adulta en un cardumen. Un recurrido, que incluye alrededor de 70 variedades de peces, que no se limita a mostrar la evolución de la fauna que abunda o escasea en el agua dulce, sino también la flora que ayuda a mantener todo este frágil ecosistema.
La investigación científica es uno de los polos más importantes del Fluviário, porque son una oportunidad casi única para investigar la evolución de los especímenes acuáticos diversos en un ambiente controlado y el impacto humano en los ríos. Por lo tanto integran el proyecto de Natura 2000, una colaboración con varios organismos nacionales e internacionales destinadas a encontrar soluciones a largo plazo sostenible para estos ecosistemas. Otra piedra angular de este edificio es el desarrollo del área dedicada a la educación ambiental. En este caso, el Fluviário juega un papel clave para las nuevas generaciones, a través de giras de estudio y otras actividades que promueve. Otro aspecto a destacar es su paisaje. Su arquitectura. El edificio está destinado a evocar los establos de la zona rural de Évora. Fue pensado como un volumen monolítico compacto, protegido del sol por un conjunto de finos blancos porches. Un concepto arquitectónico que ha sido objeto de varios premios en esta área.