El centro de ingeniería biológica en la Universidad de Miño, dirigido por Ana Oliveira, tiene como objetivo crear un hongo que destruya una plaga bacteriana que afecta estos seres vivos.
Las abejas son probablemente la especie más importante en nuestro planeta. Juega un papel clave en la polinización de las plantas, producen miel que es uno de los alimentos más saludables en nuestra cadena alimentaria y uno de los más utilizados en muchos productos orgánicos y cosméticos en todo el mundo. Es curioso cómo un conjunto de seres vivos tan pequeños puede ser tan importante en nuestras vidas. De tal manera que su extinción sería un desastre con repercusiones enormes. Incluso podría poner en peligro nuestra propia existencia. Uno de los mayores peligros para las abejas es la loque americana, una enfermedad bacteriana que afecta a las colmenas y que causan enormes daños económicos, pero sobre todo ecológicos. Una científica portuguesa, Ana Oliveira, tiene la intención de ayudar a estos pequeños aliados tratando de averiguar cómo eliminar esta bacteria a través de vectores biológicos antimicrobianos, los bacteriófagos que existen en el medio ambiente. Es decir, el objetivo es crear un producto a base de hongos que pueden ser aplicado por los apicultores a las abejas, que pueden tener resultados alentadores para el consumo y la exportación de miel.
"A pesar de ser una solución innovadora, el Centro de Ingeniería Biológica Universidad de Miño ya se estudiaba la aplicación de los bacteriófagos en el control de la enfermedad desde hace algunos años. El proyecto de investigación se está desarrollando en colaboración con el ingeniero Jaime Moreira, que se dedica a la apicultura en la zona de Entre Duero y Miño, la Federación Nacional de Apicultores y la Dirección General de Veterinaria. La loque americana es causada por la bacteria Paenibacillus larvae, afecta a los estadios larvales y las abejas adultas son responsables de su distribución. Esto lleva a 17 000 productores portugueses que queman sus colmenas afectadas para erradicar la enfermedad, que afecta al crecimiento de la actividad, que en 2011 produjo tan sólo unos 100 millones de euros”.
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