Cual fue la reacción de las personas cuando empezaste?
JMZ: Al principio cuando surgió la idea, una de los problemas que había era llegar al propietario y como se podía intervenir en esa puerta, fue un proceso muy lento hasta porque teníamos que averiguar quien vivía ahí, había otras que estaban abandonadas por el dueño que ni siquiera lo habitaba, ni sabían donde estaba. Entonces bueno, fue un labor bastante de calle, recibí el apoyo de João Carlos Abreu, el ex-secretario de la cultura, que fue la primera puerta que se hizo, en la tasca Joana rabo de peixe, luego la labor fue patear mucho por la vía, porque había también una cierta desconfianza para lo que se estaba haciendo. Poco a poco, los que viven en la zona notaran que todo cambiaba, que había más gente, que podías pasear tranquilo.
Es una intervención que al final no pasa solo por las puertas, pero también por el interior
JMZ: Si, el proyecto comenzó en las puertas, pero en realidad se quiere abrir hacia lo que hay dentro, sensibilizar un poco la gente de que ese entorno donde está tiene edificios que pueden tener una actividad actual también, o sea una divulgación del arte y la cultura y una excusa para entrar para que se vayan recuperando también para comercio como no.
Hay propuestas para hacer este tipo de intervención en otros lugares?
JMZ: Si, la idea incluso cuando se presenta el proyecto, es que hay unos poblados que están diciendo y porque no en esta zona de la isla? Que sea una marca, las puertas abiertas, como una indicación de lo actual, lo moderno y una forma de preservar el patrimonio.