Recientemente se inauguró una pequeña exposición de la obra de esta artista de Madeira, en el Salón de Placeres, en Calheta.
Cualquier excusa es buena para hablar sobre la obra de Lourdes de Castro, para disertar sobre su mundo muy personal. Se trata de una obra que se basa, según el estudio de Marcia Oliveira, "Lourdes de Castro, un camino de sombra, “ una línea estética asociada con el "readymade", Duchamp, la producción de collages, ensamblajes y objetos pintados con pintura de aluminio, que surgió de un espacio de tres dimensiones horizontales o verticales. Esto fue lo que condujo a lo que se convertiría en el núcleo de su actividad artística: una búsqueda constante en torno a la sombra. Los contornos de los objetos pintados con pintura de aluminio con el tiempo darían lugar a las primeras sombras hechas por el artista en serigrafía. Posteriormente, estas sombras iniciales adquieren nuevas formas, a partir de las sombras proyectadas y los contornos y pasan al "gran herbario de las Sombras", o su conocido "Álbum de familia", que inició en los años sesenta y continúan hoy en día para ser completado”. Una fase que su vieja amiga y galerista, María Arlete Alves da Silva, acompañado y recuerda con emoción, "además de ser guapísima, siempre se las arregló para crear un mundo mágico. Ella fue un factor determinante en mi formación, ya que podemos ser felices y hacer felices a los demás con muy poco. “Su trabajo es prueba de ello, continúa “hay un despojado a lo esencial. Empezó por unirse a los objetos cotidianos, como cucharas, cucharones de sopa y pintarlo con pintura plateada. Entonces ella empezó a pintar sólo los contornos de las piezas y cada vez era sólo la sombra de todo. Todavía me siento muy conmovida por esa depuración”.
La génesis de su obra refleja este punto de vista, este pequeño teatro de que se ocupa de una gran sencillez y humildad, porque como Lourdes Castro dijo recientemente, "nadie se preocupa por las sombras, se desechan, siempre me ha gustado las cosas sin importancia. Lo Elegí de acuerdo con my manera de ser. Todo es impermanente y no hay nada igual a otro. Tenemos que ser conscientes de que no se repita. “Y esta definición es de donde "respira" su trabajo, que es inmutable y que inmortalizó el material para el artista en el fondo es entender que "somos naturaleza. Somos parte de este mundo, no hay separación”. Afirmación que no es un concepto vago, ya que continúa en su pintura en su una hectárea, "es mi habla." Su casa, su vida, su trabajo real.