Es una historia original de Jorge Brum de Castro, quien también es director de la historia de amor con problemas.
La acción de la canción de la tierra tiene como fundo la isla de Porto Santo. Su telón es la vida cotidiana de un pueblo que depende de la agricultura y del agua. Una sequía persistente es el tema de una película llena de acción, escenas de persecución y música, al estilo de los westerns americanos que influyeron el director de esta película. Es una especie de documental en cierto modo, porque evidencia las dificultades experimentadas por la gente de Madeira. Se rodó en 1938 y por lo tanto, también refleja un cierto estilo cinematográfico de la época. Es en blanco y negro, pero esto no impide que la belleza estética de algunas de las imágenes, planos cortados que dan una intensidad más dramática a la trama y el final curioso de los que corren hacia la cima de la montaña para ver llegar a la deseada lluvia que finalmente cae en todas las direcciones. Es un final a la portuguesa.