Es una película sobre el pasado en busca de justicia en el presente.
Un acontecimiento banal, resucita los fantasmas de la dictadura del Estado Nuevo, todavía muy presente en algunas de sus víctimas, aunque nunca lo evocan verbalmente. Malditos recuerdos que resurgen en la figura de un torturador del régimen que huyó a Brasil después del 25 de abril de 1974, y cuarenta años después es juzgado por atropellar una niña en Portugal. Durante el juicio una de las personas reconoce el torturar y empieza toda una revolución interna hasta ahora sepultada en las profundidades del alma que regresa a la superficie clamando por venganza. Me gustó esta película por su inteligencia, al abordar un tema que sigue siendo tabú en la sociedad portuguesa sin denigrarla y a la idea de un duplo juicio, por un lado, Mendes Oliveira, mató a una niña y no es juzgado por estos hechos y una vez más, deja una víctima que tiene que llevar esta carga para siempre, la madre. Por otro Jaime y Miguel, dos de sus víctimas anteriores que lo reconocen y deciden juzgarlo por sí mismo, fijando las reglas de este juego muy peligroso. El argumento escrito por Izaías Almada y João Nunes es maravilloso en la forma desarrolla los dilemas morales y éticos de los personajes, como juega con sus angustias, con sus fortalezas y debilidades. Si tuviera que asignar una calificación, esta película seguramente tendría loa nota máxima. Hay una gran tensión psicológica creada hábilmente por el director Leonel Vieira y un equipo de pesos pesados, de actores establecidos, que imprimen mucha veracidad y una gran profundidad a los personajes que no nos deja indiferentes. Hace que te preguntes. Qué haríamos si nos diéramos de cara con nuestra peor pesadilla? Te vengabas? Y como lo harías? Y te garantizo que hay sorpresas en esta película. Este es un excelente ejemplo de cine portugués y exijo que lo vean. Buena película!