Se trata de un intenso trabajo del cineasta Joao Canijo acompañado por un grupo de grandes actrices.
Sangre de Mi Sangre es un film de actrices. Es un argumento que se escribió a pensar en ellas y ellas son lo que Joao Canijo filma con una aguda precisión. Sin grandes rodeos, sin grandes caracterizaciones, vemos en sus caras casi desnudas de maquillaje y en sus expresiones faciales la historia de sus vidas desoladas, más o menos predecible y dura, que no deja espacio para soñar. De la ilusión no queda nada. Es el desfile de la vida cotidiana llena de rutinas diarias, la complicidad, secretos y frustraciones más o menos ocultas que conducen a un final un tanto impredecible. Es una película dura, que nos duele. Tal vez porque hay tres actrices que se destacan por la verdad que muestra a través de sus personajes, hablo de Rita Blanco, Cleia Almeida y Anabela Moreira, madre, hija y tía, respectivamente. Todas hacen grandes sacrificios por amor. De diferentes maneras, pero no menos válida o menos noble. Las actuaciones de estas grandes artistas son magníficas y llenan la pantalla con esa entrega. En relación al director, puedo decir que fue desconcertante, pero al mismo tiempo muy originales, algunas de las escenas en las que los diálogos descorrían en unísono, entre madre e hija y la tía y el sobrino, era un poco confuso que es verdad, los espectadores lo queremos saber todo, pero al mismo tiempo reforzó la idea de un entorno familiar disfuncional, donde hay personajes que son casi invisibles, como es el caso de Ivete, la tía, que incluso dice eso mismo en uno de los pasajes de la película. Es inquietante, ya que podría ocurrir ya sea en una urbanización social, como en la Avenida de Roma, la tragedia humana no tiene ninguna clase, o color, o credo, simplemente ocurre, como la vida. Sangre de mi sangre es ante todo un homenaje al amor, incondicional de madre y no hablo sólo de biología. Buena película!