Una Mirada al Mundo Portugués

 

                                                                           

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El erudito

Escrito por 

João Fernandes es el actual subdirector del Museo Nacional de Arte Reina Sofía de Madrid y fue durante varios años el director artístico del Museo Serralves de Oporto. Una carrera que le permite reflexionar sobre el presente y futuro de los museos.

Afirmó que los museos ya no son locales de conocimiento pero son locales de información. Hay una contradicción dado que los políticos tienden a reducir el gasto en cultura, precisamente porque provocan el pensamiento crítico.
João Fernandes: No diré que el museo no sea un lugar de conocimiento, sigue teniendo esta función para crear colecciones, para protegerlas, presentarlas de manera que puedan funcionar como detonadores pensamiento. Pero lo que ocurre es la transformación del museo como espacio de mediación con su visitante, hace que sea colonizado por un discurso pedagógico que la información domina sobre la construcción del conocimiento. Este espacio también se hace con las emociones, con una relación estética con la toma sensorial, conceptual y una reflexión a partir de la obra de arte. Y en vez, se reduce esta interpretación por parte del espectador en función del tiempo que se tarda en leer su propia explicación. Hoy en día visitar un museo es también enfrentamientos con los textos que tratan de responder a algo que el espectador quiere una explicación de lo que ve. Y creo que ni siquiera se debe ofrecer, porque el trabajo no requiere una explicación. A veces, la información es tal que retira al espectador construir su propia construcción.

Sí, pero eso sucede en la mayor parte del arte contemporáneo, pero para las obras de épocas anteriores esta explicación es casi irrelevante, ya que muchos artistas pintaron lo que vieron.
JF: A lo mejor necesita porque el espectador no sabe nada acerca de la época en que fueron pintadas las obras, o los códigos que se utilizaron. Cuando nos fijamos en la imagen de flamenco primitivo, o un renacimiento italiano, hay códigos de vestimenta, para representar ciertos tipos de figuras, si el espectador no domina este idioma no llega ahí. Por ejemplo, una santa con una torre de al lado, si no saben la historia de Santa Bárbara no se puede conectar la torre a la figura. Toda obra de arte necesita de información, de construcción del conocimiento, pero cabe al espectador no ser ni perezoso ni cobarde, ni tímido. Debe enfrentarse a la propia obra de arte, ya que es un enfrentamiento personal. Cuando dije la frase Franz Fannon, de los años 60, diciendo que todo el público era un cobarde y un traidor, era para referirme al descargo de responsabilidad del espectador que ni se acerca a ver la obra de arte. La gente suele ir a un museo para decir que estuvieron allí y toda la sociedad actual lo hace cada vez más, invita a la gente a ser meros espectadores pasivos en su relación con la obra de arte. El museo precisamente en lugar de preocuparse en sólo invitar personas con fines estadísticos, debe preocuparse principalmente con respecto a ese mismo espectador tiene con el museo y cómo se puede adquirir conocimientos en la confrontación con la obra de arte.

Este es uno de los retos actuales de los museos para atraer al público, no son sólo lugares para adquirir conocimientos, sino también los espacios pedagógicos y lugares para otro tipo de eventos culturales. Entonces, cuál es el futuro?
JF: El futuro de los museos será lo que sus colecciones, sus directores y las sociedades dónde se insertan determinan. No sé cuál es el futuro, yo sé lo que estoy construyendo en el museo donde trabajo. Pero no se puede responder a eso. Hay situaciones, hoy, que provienen de estos modelos de financiamiento de estas instituciones que se pueden interrogar. Los museos están a ser privatizados en un mundo contemporáneo y en sus formas de financiación y esto a veces afecta a su propia función. El museo es un servicio público debe seguir siendo así y es un derecho de la ciudadanía. No es casualidad que el museo en el sentido que le atribuimos nasce en el contexto de la instalación de la república con el palacio del Louvre y hacer accesibles las colecciones de la familia real a todos los ciudadanos franceses.

En cuanto a la privatización de los museos hablo del tema de los colectores, más en la arte contemporánea, que casi deciden quiénes son los artistas que son una buena inversión.
JF: He hablado de algo que ocurre sobre todo en los museos americanos, donde la capacidad de decidir sobre las colecciones de hoy es mucho más adoptado por los coleccionistas que financian estas instituciones que en realidad los curadores de los museos.

Eso es lo que quiere decir cuando habla de la privatización de los museos?
JF: Sí, y también otra ecuación que es los coleccionadores agilizan muchos de los museos de arte contemporáneo de hoy. Son esos mismos privados que crean sus propios museos para sus colecciones.

Eso se nota en España a través de la colección Thyssen?
JF: No, ese es otro museo. El Thyssen es pagado por el Estado español. Se trata de una colección de una persona privada a costo público. En España, los museos están financiados públicamente y son como en Europa intentan diversificar sus fuentes de financiamiento con fondos privados. La Reina Sofía y El Prado tienen la posibilidad de crear fundaciones para gestionar de forma mixta a su financiación. Pero todavía no hay museos privados en Europa, que son un ejemplo, estamos hablando de los americanos y los asiáticos. Hoy el gran impulso que está sucediendo en los museos que sucede fuera de Europa.

Este modelo podría aplicarse al caso portugués, ya que hay una patente falta de patrocinio en nuestro país.
JF: Tenemos soluciones a este nivel, el museo de Serralves está financiado por los privados con la participación del Estado. Por lo tanto, ya hay algunas situaciones a este nivel. Ahora resulta que la relación entre la financiación pública y privada está muy lejos de lo deseado. Debería ser mucho más evidente en un país que también podría ofrecer mejores beneficios a la posibilidad de tener más museos con colecciones más variadas y dinámicas. No se puede olvidar los EE.UU. en el apogeo de la Gran Depresión, una época de gran crisis tal vez más de la en que vivimos hoy, había una estrategia de exención de impuestos en relación con las obras de arte que entraban en el territorio de los EE.UU. Las grandes colecciones del siglo XX se construyeron en los años 30, en la crisis del 29. En Portugal estamos lejos de una comprensión política de la importancia que tienen las colecciones y el patrimonio para el futuro de este país.

Se habla de que Portugal no tiene grandes colecciones de obras de arte.
JF: Portugal tiene grandes colecciones del pasado, en el campo de las artes decorativas, en el presente y en el futuro debería tener mucha más inversión en la recolección también. Son poco exploradas estas posibilidades de activación del coleccionismo público de nuestro país. Hay casi un rechazo del Estado de su propio patrimonio, o del patrimonio futuro que debe ser hecho en la actualidad.

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