El día que me quieres fue la última actuación?
MFR: Sí, es una pieza que comienza con un segmento del libro del Génesis, que no es realmente un poema, sino que reflexiona sobre el origen del mundo y presenta una serie de textos poéticos de diversos autores, entre ellos Fernando Pessoa. La idea surgió de un desafío lanzado al director para dramatizar y crear un espectáculo donde hay personajes y una trama. Se trata de una reflexión sobre la vida. Lo que estamos haciendo aquí en el fondo.
De los espectáculos que pusieran en cena cual constituyo un gran desafío para el grupo? Y por qué?
MFR: Esta última pieza fue un reto, pero es más difícil para el grupo fue Dionesco, la cantante calva. El texto en sí era muy complicado, precisamente porque se trata del drama absurdo, la trama en sí fue un gran desafío para los actores y el director. El elenco de esta producción fue menor, tenía sólo seis miembros en el escenario y el contenido en sí hace que la tarea de captar la atención del público más difícil. El berrinche del muerto es otra de las obras que marcó la cáscara de nuez. Se trataba de una comedia de humor negro que estaba estuvo en escena en varias partes del país, debido al éxito que ha obtenido en el primer festival de teatro aficionado de Alijó promovido por la fundación Inatel.
Cómo un grupo de teatro aficionado ve la falta de apoyo para el sector en general, teniendo en cuenta que hay una gran actividad teatral y público?
MFR: Nosotros vemos esto como hacer una tortilla sin huevos. Es un reto. Es como con nada se pueda hacer algo. Cuando usted oye la falta de apoyo o subsidios que decir sino que tenemos suerte, porque nunca hemos tenido mucho. La única ayuda que siempre había sido alcalde de Valongo que es ya muy grande. El Ayuntamiento cedió el espacio para ensayos y reposiciones. Como somos una asociación colectiva de beneficio público sin fines de lucro, por ejemplo, funciona como un todo de forma voluntaria. Pagamos un director profesional, porque nos gusta hacer un buen trabajo y que solo porque seamos aficionados, no quiere decir que lo hacemos mal. Somos aficionados, porque tenemos otras profesiones y por eso hemos dedicado nuestro tiempo y disposición al teatro. Pero cuando empezamos nos decimos en broma que hay dos maneras de hacer teatro: la profesional y amateur. Nosotros estamos en una tercera vía, que es pagar para hacerlo. Son los actores que soportan los costos de la obra de un director profesional. Es muy complicado y difícil en ese sentido, pero como somos una asociación que está bien integrado en la comunidad, es decir, todas las personas que están involucradas en el ámbito de la gestión y órganos de decisión, desde su fundación, para trabajar entre la población, para formar el público y llevar el teatro a la gente. La falta de apoyo fue uno de los primeros desafíos para nosotros, hacer que esto suceda con tan sólo un espacio teatral, con el trabajo voluntario de todos los involucrados, desde los diseñadores de vestuario, escenógrafos y de alguna manera el propio director, a quien le paga sólo los gastos de viaje. Es un desafío y la creatividad tiene retorno, a través del cariño del público, lo sentimos. Tenemos en el pueblo un gran apoyo.
El grupo cobra el precio de los boletos para recaudar dinero para obras futuras?
MFR: En un principio los espectáculos eran pagos por el ayuntamiento. Por ejemplo, hacíamos tres reposiciones y uno de ellos era pagó. Últimamente, no. Cobramos un valor nominal de 2 a 3 euros, o lo que la gente quiera dar, pero tienen acceso de la misma manera a la función. Lo que notamos es que hay alguien que se ha comprometido a ver, porque si es gratuito no se predisponen las personas a ver una obra.
El futuro?
MFR: Que nos dejen hacer teatro y se continuar con el trabajo. Somos un grupo de no profesionales, que ve el teatro como terapia, como una forma de predisponer a la gente a ver teatro y pensamos que deberíamos seguir haciéndolo de esta manera. Si bien siempre habrá que estar allí para trabajar.