Es el relato oral de una vida rural que está desapareciendo descrito por Bento da Cruz.
El autor es médico de profesión, pero siempre ha sido un amante de los cuentos de tradición oral de su tierra natal, Barroso, en Tras-os-Montes. Bento da Cruz tiene una extensa obra literaria que aborda este tema de la ruralidad profunda. El lenguaje que utilizamos en este libro es, literalmente, la forma en que la gente contaba estas historias, sin cambiar una vírgula, o acrecer una comilla. No espere una obra maestra de la literatura, porque no lo es, ni aspira a serlo. Se trata de una escritura que puede chocar a algunos lectores por el lenguaje descarado como se describe muchas de las situaciones divertidas de la vida cotidiana en los pueblos, es una pegatina del lenguaje que recupera y salvaguardia su rica etnografía, que nunca cae en el error de parecer folklórico. Se trata de un viaje a través de la aldea rural de los sacerdotes, los lobos y las mujeres voluptuosas que son el deleite del lector sin prejuicios lingüísticos, digámoslo así. Es sobre todo un cuadro honesto y muy divertido sobre la forma como se vivía en algunos de los lugares perdidos del Portugal profundo Con estas historias, Bento da Cruz, busca inmortalizar una forma de vida, que se está perdiendo poco a poco, debido a la desertificación de la población rural y la progresiva desaparición de las personas mayores que mantienen la tradición oral de contar historias profanas, que regocijaban las noches de invierno ásperos y alimentaban los chismes del pueblo. Lo va a disfrutar, aunque sólo sea porque no tiene pretensiones, es ligero y le hará sonreír. Buena lectura.