Es un libro que surgió tras el documental sobre Mario Cesariny.
La obra del poeta y artista surrealista Mario de Cesariny es casi inconmensurable y mostrar toda esta experiencia en un documental era casi una obra de escultor, cincelar donde era necesario para esculpir una narración que muestra la otra cara del hombre, su faceta más íntima que se funde con su propia carrera. El documental de Miguel Gonçalves Mendes tiene esa mirada, personal que no es transferible, pero como todo en la vida, el tiempo es siempre un obstáculo y un montón quedó fuera que se puede disfrutar en este libro, bellamente ilustrado por las imágenes de Susana Paiva . Es una obra donde vemos el ser humano, el pensador, el hermano y el solitario. Son las conversaciones que quedaron atrapados entre las escenas de rodaje, las pequeñas complicidad que surgieron y que de alguna manera no tenían espacio en el documental. Es un pequeño tesoro literario, no sólo por la belleza de las fotos, sino también porque este pequeño homenaje en última instancia, muestra también la otra cara del cineasta, fotógrafo y el equipo de filmación. Es como tener una licencia para entrar en una intimidad verdaderamente entrañable en muchas de sus páginas. Feliz lectura!