Una obra completa que incluye la producción de su poesía, la producción ficcional en prosa y un corto diario.
Hablo de ti a las piedras del camino
Hablo de ti a las piedras de las vías,
Y el sol es rubio como tu mirada,
Hablo con el río, que se despliega en chispa,
Vestidos de princesas y hadas;
Hablo con las gaviotas de alas desplegadas,
Recordando con pañuelos blancos saludando,
Y los palos que van apuñalando la luz de la luna
En la soledad de las noches estrelladas;
Digo los anhelos, sueños, deseos
Donde tu alma, mareada con la victoria
Levanta al cielo una torre de mis besos!
Y mis gritos de amor, a través de un flechazo,
Sobre los brocados brillantes de gloria,
Son como estrellas que caen en mi regazo!
Descubrí la poesía de Florbela Espanca aún muy joven. No tenía más de 15 años y desde ese momento yo había sido fulminada por sus palabras. Lo que más me impresionó fue su profunda tristeza, ya que es posible discernir entre las líneas de su escrito, sin necesidad de recurrir a ningún tipo de biografía, su descontentamiento latente. Su insaciable por algo que es tan difícil de alcanzar, el amor absoluto. Redentor. Eterno ante la erosión del tiempo. En sus obras completas, que incluye algunos textos que escribió en prosa, y que recientemente volví a releer, de nuevo sentí una gran angustia y dolor ante el trágico desenlace de sus historias. Es casi como vivir en un permanente estado de infelicidad. Sin embargo, estoy convencida de que Florbela Espanca nunca podría haber escrito algunos de los mejores poemas de la lengua portuguesa, si en su corta existencia no hubiera vivido con tanta hambre, tan inquieta y tan desgarrada de la realidad, que en el límite le robó una cierta paz de espirito en su vida. Al final, hay que sufrir para dominar realmente las emociones del sublime. Feliz lectura!