Es uno de las primeras publicaciones de José Eduardo Agualusa que aborda las conexiones extrañas entre varias personas a través de un pasado ficticio.
Félix Ventura es albino. Anticuaria de profesión, en su tiempo libre se dedica a vender pasados. Vive en Angola, es decir, en Luanda, en una pequeña villa en la tranquila comunión con un geco que se ríe y que también es el narrador a nuestro servicio. Es a partir de este conjunto de elementos inverosímiles que partimos para un relato impredecible que surge de la venta del primer pasado a un fotógrafo de guerra, José Buchmann que conduce la historia de su nueva vida más allá de los límites impuestos por la ficción creada por nuestro renuente "historiador". Esta es la premisa de un libro sorprendente, es de nuevo la magia de África, que la escritura de José Eduardo Agualusa describe como si fuera intangible, pero a la vez palpable. Me encanta el título por el misterio, la imaginación de suelta, incluso antes de haber descansado mi mirada en sus palabras. Al leer las primeras páginas soy consciente de que el narrador de este libro es una especie de lagartija con una peculiaridad muy curiosa (además de otros que me abstengo a referir), risas sonoras. A diferencia de otros escritores africanos que he mencionado en esta revista, Agualusa no “nada” por la cacofonía de la lengua africana, nos invade sí con historias inverosímiles de personajes fantásticos y tan inusuales que, aunque no parezcan reales, como el fondo es África parece ser del todo es más creíble por más extraño que parezca. No sé si me hice entender? Aún mejor es leer este libro y deleitarse con este proveedor de pasados. Buena lectura.