Se trata de una reflexión sobre el poder ejercido por algunos de los diseñadores de calzado sobre las mujeres.
Hablé en el texto anterior en una tendencia que se viene observando en las jóvenes portuguesas y no sólo, al escribirlo me di cuenta de que el tema me llevó a otro pensamiento, la dictadura de la imagen que se impone constantemente a las mujeres. En el caso de un simple par de zapatos el límite parece ser literalmente, el cielo, llegamos a un punto en el que la altura de los tacones es simplemente insostenible, incluso no somos capaces de caminar con ellos, y pueden argumentar que hay modelos que no sirven para ese efecto, entonces sirven para qué? Lo más curioso es que las mujeres siguen siendo submisas a este tipo de "tortura" o porque están de moda, o porque son bellos, o porque vieron a una amiga con un par igualito. Y no me malinterpreten, me encantan zapatos, pero cuando por fin será aceptable decir ya estamos hartas de modas? A lo mejor ya notaran fácilmente en cualquier revista de moda que se precie, que los zapatos son muy altos o muy bajos, casi no existe el término medio. Probablemente, este "fenómeno" se debe a que la mayoría de los diseñadores de zapatos son hombres, que por supuesto, no utilizan saltos y por lo tanto no puede darse cuenta del peligro que un "simple" stilleto de 14 cm hace a la salud una mujer. Es una verdadera dictadura del estilo, aunque las entrevistas no se cansan de afirmar que les gusta de las mujeres, la verdad es que no parece. Y recuerdo el célebre ejemplo de Sarah Jessica Parker y sus famosos Manolos prohibidos para el resto de la vida por el médico personal de la actriz. Por cierto, todo está megalomanía de tamaños me recuerda las viejitas y vertiginosas suecas venecianas, un tipo de calzado muy peculiar utilizado por las mujeres jóvenes de Venecia desde el siglo XIV, que literalmente les impedía de caminar, por lo tanto, cada vez que necesitaban de salir a la calle necesitaban de un apoyo, en este caso sus maridos. Se dieron de cuenta porque eran tan populares? Y toda esta locura alrededor de los talones refuerza mi nueva teoría de la conspiración, tal vez con el propósito malévolo de estos diseñadores de calzado es incluso este, impedir que las mujeres caminen por las calles, pero al mismo tiempo las convence que tiene que comprar sus modelos, que supuestamente los hace sentir más femenina, a precio casi prohibitivo. No vos parece que es puro masoquismo pagar obscenidades cantidades de dinero que sufrir? Aunque sólo sea por unas horas? Da que pensar!