Es un disco en su propio nombre lanzado en 1986.
Cuando escucho este álbum reviso mentalmente imágenes de toda la vida. Portugal es descrito por las letras de Carlos Té con las melodías y la voz de Rui Veloso, pero que de alguna manera tienen un carácter muy personal. El llamado padre del rock portugués es, en mi opinión, más recordado por sus canciones más emocionantes y románticas precisamente por invocar los recuerdos que asociamos a los grandes acontecimientos importantes de nuestras existencia. Es como si Rui Veloso hubiera escrito la banda sonora de nuestras vidas, como este trabajo discográfico de 1983. El álbum nos recuerda nuestra niñez que termina con “es triste ser grande", los viajes que hicimos con "Porto Côvo", las promesas no cumplidas en "el origen del mal", los corazones que dejamos partidos por el camino en "directo a la cabeza" y el anhelo que sentimos por el lugar que llamamos hogar en "Porto sentido". Todas buenas razones para visitar uno de los mejores músicos de la escena nacional, incluso si se trata de una versión con más de 20 años.
