Es una de las medidas para contención financiera del actual gobierno para la televisión pública.
Más de una vez en este epígrafe defendí la necesidad de haber una televisión de servicio pública y el anuncio en primera mano de Antonio Borges acerca de la extinción de RTP2 me dejó en shock, porque, detrás de esto esta una razón meramente economicista. El argumento de la audiencia baja, demuestra una vez más que los políticos que nos gobiernan son unos imbéciles. El segundo canal está orientado para un tipo muy específico de audiencia que no se siente reflejado en el canal uno, su contenido de televisivo promociona las artes, el cine, la diversidad religiosa y cultural, es decir, presta el verdadero servicio público. Si pagamos tasa no es suficiente para mantener los dos canales, es tan esto sólo porque hubo mala gestión en los últimos años. Lo que se demuestra con esta medida es que ser cultura y, como tal, no conviene a los gobernantes, es un arma muy peligrosa que es difícil de controlar porque se basa en la libertad de expresión artística. Tal vez voy a tener que corregir mi declaración anterior, los políticos no son tan imbéciles como yo pensaba, pero no soy idiota. Las medidas anunciadas no sólo destruyen puestos de trabajo y envían para el desempleo a cientos de excelentes profesionales, sino que también eliminan algún de sentido crítico que es el sello del segundo canal y, como tal, sólo puede haber una propuesta, la lucha. Al final de este artículo hay un enlace con una petición pública en apoyo de RTP2.
http://www.peticaopublica.com/Confirmacao.aspx?id=27730,1085,779764