Caldas da Rainha es también conocida por ser la casa de un artista, Rafael Bordallo Pinheiro, quien comenzó una fábrica de loza en el siglo XIX, convirtiéndose en una de las referencias más importantes y emblemáticas de cerámica en todo el país. Por cierto, una de sus piezas es uno de los ex-libris de cualquier taberna portuguesa y símbolo del pueblo portugués, sin duda, el famoso Ze Povinho. El éxito de este alfarero, periodista y hombre de las artes, se debió principalmente al hecho de que sus obras son una crítica mordaz de las costumbres sociales y los políticos de su tiempo. Te recuerda algo? Bueno, es eso mismo! Seguimos, Caldas da Rainha continúa hasta nuestros días manteniendo ese legado de cerámica, debido a la excelente calidad de la arcilla abundante en la región. La irreverencia es otra característica de esta ciudad, un buen ejemplo es el mercado de frutas y verduras que se monta todos los días, en el centro, junto al ayuntamiento. Este es un verdadero festival de colores, aromas, sabores y gritos que permanecen activo hace casi doscientos años. La tradición es tan fuerte y poderosa que los espacios ocupados por los vendedores ambulantes están diseñados en la acera empedrada de la Plaza de la República, les garantizo que hay de todo un poco y para todos los gustos. Lo que no se pueden perder son los deliciosos dulces locales para los más golosos y no se preocupen con las consecuencias, están en una ciudad que cura todos los males que vengan de ahí. Otro de los lugares que debe visitar es el Museo de José Malhoa, es un espacio inspira calma y serenidad y su interior celebra el trabajo de uno de los más grandes artistas de nuestro país. Es caso para decir: Viva la Reina! Viva.