Una Mirada al Mundo Portugués

 

                                                                           

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La favorita de la soberana

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Está situada en el centro del país y debe su existencia a sus cualidades térmicas.

Caldas da Rainha nació a expensas de su mal olor. Es la más pura de las verdades. Es una ciudad que debe su nombre a un reina portuguesa, doña Leonor, quien descubrió sus cualidades sulfurosas termales en pleno siglo XV por casualidad según la leyenda. Desde entonces, la ciudad ha ganado un estatus real que se extendió en el tiempo y  que llego a nuestros días en forma de un hospital termal rodeado por un parque bucólico, con el nombre de otro soberano, Don Carlos I. Otra de las curiosidades mandadas erigir por su majestad, es la Iglesia de Nuestra Señora del Pópulo, construida para salvar las almas de los enfermos, custodiada por gárgolas celosos, tiene en su interior un conjunto muy interesante de azulejos de inspiración árabe. En la actualidad, además de esta área de la sanación física y espiritual, hay muchos edificios inspirados en el estilo Art Nouveau  que se pueden avistar en algunas de las calles principales, debido al enriquecimiento de la pequeña burguesía local.

Caldas da Rainha es también conocida por ser la casa de un artista, Rafael Bordallo Pinheiro, quien comenzó una fábrica de loza en el siglo XIX, convirtiéndose en una de las referencias más importantes y emblemáticas de cerámica en todo el país. Por cierto, una de sus piezas es uno de los ex-libris de cualquier taberna portuguesa y símbolo del pueblo portugués, sin duda, el famoso Ze Povinho. El éxito de este alfarero, periodista y hombre de las artes, se debió principalmente al hecho de que sus obras son una crítica mordaz de las costumbres sociales y los políticos de su tiempo. Te recuerda algo? Bueno, es eso mismo! Seguimos, Caldas da Rainha continúa hasta nuestros días manteniendo ese legado de cerámica, debido a la excelente calidad de la arcilla abundante en la región. La irreverencia es otra característica de esta ciudad, un buen ejemplo es el mercado de frutas y verduras que se monta todos los días, en el centro, junto al ayuntamiento. Este es un verdadero festival de colores, aromas, sabores y gritos que permanecen activo hace casi doscientos años. La tradición es tan fuerte y poderosa que los espacios ocupados por los vendedores ambulantes están diseñados en la acera empedrada de la  Plaza de la República, les garantizo que hay de todo un poco  y para todos los gustos. Lo que no se pueden perder son los deliciosos dulces locales para los más golosos y no se preocupen con las consecuencias, están en una ciudad que cura todos los males que vengan de ahí. Otro de los lugares que debe visitar es el Museo de José Malhoa, es un espacio inspira calma y serenidad  y su interior celebra el trabajo de uno de los más grandes artistas de nuestro país. Es caso para decir: Viva la Reina! Viva.

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