Una Mirada al Mundo Portugués

 

                                                                           

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Rertazos de una vida

Escrito por 

El embrión de lo que sería el futuro Teatro Experimental  de Camacha (TEC) nace en el verano de 1987. Emana de una actividad promovida por la Casa del Pueblo local, que se prolongó en el tiempo, gracias a una invitación de Jorge Sousa a Basílicia Fernandes. Sígueme por este cuento con más de 25 años, dictadas en la primera persona, la historia de un grupo de aficionados muy singular.

Mi camino como actriz se funde con el TEC. Un buen amigo me desafió a unirme a un grupo de teatro, porque sabía que me había encantado de participar en los recitales parroquiales y todas estas reuniones se habían estancado un poco. En un martes, a las siete de la tarde, llegué al primer día de ensayos y no encontré a nadie. Me auto-intitule responsables y el prime objetivo que me impuse fue buscar personas para el grupo. Hablé con mis hermanas, que se entusiasmaran luego con la idea y logre capturar  elementos de la sala de baile coordinado por David Nobrega. No teníamos una sala, pero eso no disuadió. Empezamos ensayando un pequeño texto que adaptamos para una obra enorme, lo que permito un discurso para cada uno de los 21 elementos que se consiguió reunir. El debut de la "clase de los necios" se celebró en la Gaula, en el refugio de los ancianos. Lo que pasa es que jugamos mucho en esta pieza, pero resulto, la gente amo vernos en el papel de los estudiantes burros que no debían nada a su inteligencia. Y el público nos abrazó de inmediato. El Sr. Vieira, que fue un actor y María dos Anjos es que el actual directora del coro, vinieron a vernos, se quedaron muy contentos y nos aconsejaron una formación más técnica. En asociación con Inatel, se creó la primera campaña de sensibilización teatral en 1988, de hecho, esta institución siempre ha sido muy importante en la historia de la TEC, ya que siempre nos ha apoyado. Sin embargo, no teníamos una sede, el grupo ensayaba en las antiguas instalaciones de la Casa del Pueblo cuando por un acaso aparece un espacio cedido por la Asociación Deportiva de Camacha. Se adapto la planta superior con el fin de tener un palco y comenzamos nuestro trabajo allí hasta hoy. 25 años más tarde, lo recuerdo con cariño, es maravilloso saber que después de todo este tiempo que se mantienen en pie. No fue un viaje fácil, hubo momentos difíciles, pero los buenos momentos superan a todas las peores cosas que sucedieron.

Mi nombre es José Ferreira y tenía 22 años cuando fui llevado por Elsa Correia para el grupo. Mi primera obra fue la "clase de necios", no recuerdo cuál era mi personaje. Vine y  ensaye varios, ya que todos los papeles fueron distribuidos, sólo que uno de los actores no se presentó al final y me dieron uno de los personajes. Desde ese debut siempre he hecho teatro. En 1992, yo y Ilda Teixeira y frecuentamos un taller para directores, en Inatel por tres años. A partir de ahí empecé a actuar, hasta entonces todo había sido hecho sobre la base del alma y no tenía ninguna técnica. He adquirido experiencia. My obra de estrena fue "Cuerpo y alma", aunque hice varios intentos antes, todo lo que se ha aprendido en el curso se adaptó al grupo. Siempre recuerdo con cariño un percance en una obra titulada "Antonio Marinero". Los personajes fueron en busca de un pájaro negro que era un cierto punto tirado en medio de la escena, excepto que había un porche y al arrojarlo se cayó arriba, los actores no se dieron de cuenta y se quedaron perdidos, tuvieron que improvisar y el público no entendió nada de lo que estaba pasando. Sucedió, pero fue divertido. Mirando hacia atrás, nunca pensamos en términos de lograr una meta, estos 25 años de existencia. Han llegado rápidamente y, naturalmente, apenas tuvimos algún tiempo para preparar nuestro aniversario. 2012 fue un año en lleno con cuatro producciones y un festival de teatro, pero es bueno, porque tal vez así lleguemos a la edad de cincuenta en poco tiempo.

Soy Sara Branco y yo estoy en este grupo hace 18 años. Yo no vivo en Camacha, mi padre es de aquí y me trajo para esta tierra. Soy de acá de corazón y el alma. Desde que tenía 14 años de edad que quería hacer teatro, no sabía por qué, pero lo quería. Mi madre no lo permitió, porque decía que el teatro no da nada a nadie y que debería concentrarse en los estudios. Durante muchos años he tratado de entrar en el teatro, a los 18 años yo hablaba con alguien relacionado con el Teatro Experimental de Funchal, quien me dijo que era difícil ya partir de ese momento en que casi había abandonado mi sueño, en la universidad me encontré con una persona que me trajo para el TEC, Hugo Andrade. Él habló con el líder del grupo a Ilda Teixeira y José  Ferreira y entré. Mi primer trabajo no fue una obra, en 1995, subí al escenario para recitar un poema, destinos. Mi primer trabajo primero fue el "mar" de Miguel Torga, Rita era el personaje principal. Me siento en el teatro, como me siento como siempre, yo siempre estoy muy nerviosa y con miedo de cometer errores antes de salir al escenario, cuando subo soy feliz. Recuerdo dos momentos que marcaron mi ruta, una fue la obra de teatro "La Cenicienta", basada en una película en que hacia una de las hermanas y era mala y terrible. Fue el espectáculo que tuvo el mayor número de espectadores y al final cuando los actores salieron al escenario el público aplaudía, pero cuando me llegó my turno todos se abucheaban lo que me dejo muy contenta porque sentía que lo había hecho bien. Me encantó hacer ese trabajo. La otra obra que tiene un gran sabor y es muy querida para mí es el "hombre entre las mujeres", fue una adaptación de "La casa de Bernarda Alba" de García Lorca, un trabajo que me ha costado mucho, era un papel muy rico, el personaje era denso, y yo era aún muy joven. Tenía un drama interior muy grande, era una persona que causó  dolor a mis hijas y sentimos todo esto cuando nos dedicamos. El teatro crea todos estos momentos de compañerismo y amistad, y es por eso que estamos aquí, después de veinticinco años. Nunca pensé llegar hasta aquí. No hasta ahora. Todo sucede día tras día, año tras año, frente a muchos obstáculos que aparecen en el mundo del arte y sin embargo continuamos para seguir como el más antiguo de grupo de teatro aficionado de Madeira. Esto es encomiable.

Mi nombre es Sandra Cardoso y desde muy joven que quería entrar en el grupo de teatro de Camacha. Empecé como público, viendo las obras, las actuaciones de los actores y mi ambición era estar en el escenario, pero no había inscripciones, se entraba por invitación. Mi primera oportunidad llegó en 1996 con mi entrada en el grupo de danza de la Camacha, después me uní al TEC como actriz. Mi primer trabajo fue el "desayuno internacional" y fue un hito. Fue mi primera experiencia teatral, era una prostituta adicta a las drogas tenía un monólogo, así que sentí un gran peso desde el principio. Cuando entré en el escenario sentía temor, pero la responsable Ilda me ayudó mucho, me dio numerosos ejercicios e improvisaciones para alcanzar el estado de la naturaleza del personaje  y todo esto fue un gran logro cuando entré en el escenario. Al final, la gente se sentía involucrada con mi personaje y valió la pena. En este mismo programa, la actriz que entraba antes de mi dejó un vaso que se patio y yo entraba en mismo lugar, lo hice a través de los fragmentos y no me pise. Detrás todos tuvieron con miedo, porque pensaran que me iba a cortar, pero yo tenía una especie de protección artística. 25 años después TEC es un gran proyecto, es una gran ruta. Todos los grupos tienen un tiempo de oro y otros de chatarra, pero siempre tuvo un vínculo muy fuerte y creo que esta es la relación de las personas es muy importante para que el grupo permanezca activo. Esta es la magia que nos hace querer estar siempre en el escenario-

Mi nombre es Carina Teixeira y llegue al teatro en 2001. Yo era una niña muy tímida y cerrada un poco y mi padre decidió hablar con Patricia Fernandes y le pedirle para que yo hiciera teatro. Mi primer show fue una revista en que tuve varios papeles. A partir de ese momento mi pasión por el teatro creció, creció y se convirtió en una de las cosas más importantes de mi vida. Me ayudó en términos de autoestima y desarrollar muchas otras habilidades. Allí fue donde conocí a verdaderos amigos y encontré el sentido de pertenencia a un grupo. Mi momento cómico se produjo en 2002 en una obra de teatro "El hombre entre las mujeres" Dejaba la escena corriendo, pero fui demasiado rápido y me estrelle contra la pared tuve que volver luego a subir al escenario y estaba aturdida, pero son cosas que pasan y nos reímos de ello. 25 años después, este grupo es un buen ejemplo de teatro de aficionados, de las personas que la integran y de los que nos vienen a ver. A lo largo de estos días he visto tantas fotografías e imágenes de los elementos he pasado por aquí, pero siempre siguen viniendo y es esta amistad, esta unión, esta entrega de cada uno no sólo para el teatro, que es el alma de este grupo. Espero que podamos seguir creciendo y que vengan más 25.

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