Fue uno de los momentos más memorables de un viaje inolvidable.
Uno de mis principales deseos al visitar Sudáfrica fue sumergirme en las aguas frías del Índico, en este caso concreto en Gansbaai, para apreciar los famosos y mal amados tiburones blancos. Desde que soy joven que estos predadores del océano ejercen en mí una gran fascinación principalmente después de haber visto la famosa película "Tiburón" de Steven Spielberg (la primera claro y la mejor de una saga que se fue deteriorando en calidad a medida que se fueron produciendo más películas) y que catapultó no sólo al realizador para la fama internacional, sino también a este magnífico espécimen para un estrellato indeseado, que ayudó a contribuir al declive de la especie en los océanos. Es verdad! Los tiburones blancos, desgraciadamente llamados "comedores de hombres" no lo son pesar de que se han referenciado pocos ataques de esta especie en seres humanos a lo largo de los siglos, todavía hay esta creencia generalizada de su supuesto peligro que surgió a causa de la película.
Para desmitificar un poco esta idea errónea sobre este predador de los océanos cada año se contabilizan los ataques de tiburones por todo el mundo, en total sólo en 2017 se registraron 88 ataques no provocados, es decir, incidentes que ocurrieron en el hábitat natural de estos peces sin cualquier tipo de provocación humana, de los cuales 53 ocurrieron en Estados Unidos, 14 en Australia de los cuales dos fueron fatales y sólo 2 en Sudáfrica, según el informe anual del archivo internacional de ataques de tiburones *.
"El número total de ataques de tiburón no provocados en todo el mundo es notablemente bajo, considerando los miles de millones de personas que participan en la recreación acuática cada año. Durante décadas, las tasas de fatalidad en todo el mundo continuaron disminuyendo, reflejando los avances en la seguridad de la playa, tratamiento médico y concientización pública. Esto resalta la importancia de los esfuerzos globales para mejorar el rescate oceánico, la asistencia médica y la educación de los tiburones. Sin embargo, la triste verdad es que las poblaciones de tiburones del mundo están realmente en declive, o existen en niveles muy reducidos, como resultado de la pesca excesiva y la pérdida de hábitat. En promedio, sólo hay seis fatalidades que son atribuibles a ataques de tiburón no provocados en todo el mundo, cada año. En contraste, unos 100 millones de tiburones y rayas mueren cada año por la pesca. Hay una necesidad urgente de conservar estos animales y sus hábitats asociados para asegurar su sostenibilidad a largo plazo.
Después de todos estos datos y estadísticas, vamos a lo que interesa, mi aventura con el tiburón blanco que comienza a 200 kilómetros de la ciudad del Cabo, en la playa de Gansbaai más conocida como "la capital del tiburón blanco".
Este pequeño pueblo pesquero, debido al elevado número de especímenes marinos que se pueden encontrar en sus aguas, es un área marina protegida y para ello contribuye enormemente la elevada concentración de tiburones blancos en este ecosistema subacuático. En uno de los muchos estudios científicos que se están llevando a cabo en esta zona, uno de ellos tiene como objetivo intentar esclarecer algunos de los hábitos de esta especie y la forma en que se reproducen que sigue siendo un misterio, tanto es así que el National Geographic ofrece 1 millón de dólares para quien pueda fotografiar o filmar una pareja de tiburón blanco en pleno acto de reproducción, porque no hay ninguna imagen, o filmaciones de ese momento tan específico y tan íntimo de los visados.
Retomando mi relato, mi viaje comenzó a las siete de la mañana, en la sede de "shark diving. "Co" *, con un desayuno robusto y un pequeño briefing sobre el viaje, donde nos fue descrita la forma correcta de movernos en la embarcación y los cuidados a tener dentro de la jaula. Después de media hora de viaje en el Megalon II a lo largo de la costa de Gansbaai, nos detuvimos en lo que parecía ser el lugar adecuado para el avistamiento de estos magníficos especímenes y el cebo fue lanzado al mar, un isco nauseabundo constituido por varios restos de peces, que para los tiburones es un bocado difícil de resistir.
La jaula ya estaba en el agua y después de entrar en este espacio replegado, semi sumergido, con otros cinco compañeros de aventura casi todos europeos y mucho más jóvenes, no pude dejar de notar el bellísimo color azul topacio de estas aguas frías del Índico, 12 grados centígrados, en el invierno sudafricano. Pero lo que más me sorprendió no fue la temperatura del agua, pero el sabor mucho menos salado que el océano Atlántico que baña la costa portuguesa.
En un momento en que me pareció interminable y ya me estaba dejando impaciente, he aquí que surgió inesperadamente una aleta en la superficie del agua, creí si quisiera, empecé a titubear para mí misma aquel fragmento de la banda sonora de la película, tum-tum- tuuuuururummmm. En mi caso el tiburón se paseó a mi frente y tuve mucha voluntad de tocarlo, pero no podía, porque está expresamente prohibido, con derecho a la salida de la jaula, el propósito es perturbar lo menos posible este magnífico animal y, también no correr el riesgo de perder unos dedos, o la mano, o el brazo, dejo el potencial escenario sangriento a vuestra imaginación.
Fue tal y cual las escenas de los miles de documental que vi a lo largo de mi vida sobre tiburones, aquel momento en que uno de los mayores predadores de los mares nos observa con aquellos ojos muertos al pasar por nosotros, como si fuera en cámara lenta. Fue soberbio! Si tuve miedo? Bien, honestamente no, primero, yo estaba dentro de una jaula, después la tripulación y el capitán, fueron a mi ver, muy profesionales y competentes, además, cómo podría estar asustada, cuando delante de mí estaba uno de los más bellos ejemplares del océano? Fue simplemente inolvidable! Cada vez que uno de los tripulantes tiraba la cabeza de atún a la superficie y el tiburón intentaba morder era uno de esos momentos Kodak para más tarde recordar!
En el caso de mi tiburón que al final era una hembra, llamada Scarlett y uno de los ejemplares del estudio científico que he mencionado, según el capitán del Megaledon II, le gusta pasear hasta Australia y luego regresa a Gansbaai, en una especie de "walkabout" , un vagar oceánico que los científicos todavía no pueden explicar y que se extiende a los demás especímenes del tiburón blanco, que consiste recorrer los varios océanos de nuestro planeta de forma solitaria y sin objetivo aparente.
Al final lo que más me dejó perpleja para ser franca fue cuando supe la longitud de la Scarlett, cerca de 3 metros de largo, sin embargo, en el agua mientras la observaba me parecía mucho más pequeña y sólo tuve noción de su envergadura después de ver las imágenes y nada me dejó más feliz. Al final estuve frente a frente con uno de los mayores predadores del océano y aún uno de los seres marinos más misteriosos de nuestro planeta. Es caso de decir UAU !!!!
* Sobre el "shark diving.co", opté por esta empresa después de haber realizado varias encuestas, aunque no aparezcan comentarios específicamente en Tripadvisor. Me gustó mucho el servicio prestado, el profesionalismo y la buena disposición de los empleados y por eso recomiendo vivamente.
Ahora, hay que tener en cuenta varios aspectos, uno de ellos es que, al marcar un viaje por un día, tienen que programar más de una fecha, porque todo va a depender de las condiciones climáticas, especialmente en el invierno, cuando fui, debo añadir que tuve suerte en el momento en que marque las dos fechas potenciales, sólo al segundo intento es que hice el viaje. Si tiene todos los días programados en su viaje a Sudáfrica tiene que gestionar bien el tiempo.
El segundo factor a tener en cuenta es que como viajé a otro continente la forma de contactar con la empresa, fue a través del WhatsApp, o del Messenger de Facebook, sino las llamadas internacionales salen muy caras, así que no se olviden de tener activas varias aplicaciones.
Por último, no es necesario tener curso de buceo ver tiburones, sólo se sumerge cuando recibimos señal del capitán de la embarcación, ya que la jaula tiene un barrote donde nos apoyamos y nunca tocamos el fondo de la estructura. El balanceo de la embarcación y el potencial mareo que de ahí viene es combatido con los diversos dulces y snacks puestos a nuestra disposición. Coman, no vacilen. Ahora, vestir y desnudar el buceo es una auténtica odisea y en un barco tan pequeño todavía lo, es más. Para los chicos no es problema, pero a las chicas aconsejo que lleven ya vestido un calzoncillo de lycra, un top o la parte superior de un bikini son piezas mucho más fáciles de cambiar cuando se está balanceando de un lado a otro y no hay ninguna privacidad. Es literalmente todos amontonados y fe en Dios. Y no se olvide de llevar toallas y ropa caliente para cambiar. Feliz aventura.
https://www.sharkdiving.co/cage-dive/3-shark-cage-diving.html
* Para saber más sobre las estadísticas de los ataques de tiburones, dejo también el enlace:
www.floridamuseum.ufl.edu/shark-attacks/yearly-worldwide-summary/